Hoy os queremos contar la romántica boda de Triana y Guille. Una boda de Otoño para la que eligieron un entorno maravilloso, Bodegas Gran Bazán, rodeadas de viñedos y con una edificación preciosa, llegamos a primera hora de la tarde para no perdernos ni un minuto de los preparativos de los novios.
En las bodas de otoño los colores son mágicos, la luz es completamente diferente a la que tenemos en verano, y mientras peinaban y maquillaban a la novia, pudimos disfrutar de esa luz tan maravillosa de la que os hablamos, entrando por la ventana muy cerquita de ella.
Aunque era un momento de nervios, Triana parecía tan relajada que nos dejó impresionados, se nota que disfrutó de todos los momentos al 100% y sólo asomaron un poco sus nervios a la hora de ir al altar del brazo de su padre.
Al ver al novio que la estaba esperando, sus ojos brillaban de felicidad y nos dejaron imágenes únicas que podrán guardar para siempre, como el recuerdo de uno de los días más felices de su vida.
Asistimos a una bonita y emotiva ceremonia civil, donde realizaron la ceremonia de los lazos, uniendo sus manos con un lazo para que permanezcan unidas para siempre a lo largo de todo su camino, y el ritual del vino en el que novios e invitados, brindan por la felicidad eterna.
Una boda emotiva donde las haya, nos dejaron infinitos abrazos, lágrimas de felicidad, innumerables sorpresas y una noche de fiesta inolvidable.
Aquí os dejamos un resumen de todo lo que nos hicieron disfrutar estos chicos. Gracias pareja por dejarnos formar parte de vuestro gran día. ¡Que seáis muy felices!
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