Al poco tiempo de conocer a Triana y a Guille, después de las reuniones que mantuvimos previas a su boda, lo primero que nos contaron era que no se entendían muy bien con las cámaras, que no se sentían cómodos con ellas, que preferían no hacer preboda y que querían saltarse ese paso y vernos directamente el día de la boda.
ALGO QUE NOS UNE
La preboda es un regalo que le hacemos a todos nuestros novios porque nos parece algo imprescindible, no sólo para que le pierdan el miedo a las cámaras, como era el caso de Triana y Guille, sino que también para establecer una conexión entre novios y fotógrafos, ellos y nosotros, que aunque nos conocemos de las reuniones y tratamos temas muy importantes, no es lo mismo que pasear, bromear y lo más importante, potenciar ese buen rollo que ya existe entre nosotros, ese feeling tan necesario e imprescindible para que el día de la boda no seamos prácticamente unos extraños colándonos en la intimidad de su habitación mientras se ponen sus trajes de novios sino más bien pasamos a ser unos confidentes cercanos con los que ya compartieron sus secretos mejor guardados sobre su boda.
Asique después de conocer las razones por las que le insistíamos tanto para hacer su preboda, decidieron pensárselo y, finalmente, dejarse guiar por nosotros y hacerla.
RUMBO A COMBARRO
Asique escogimos una tarde y nos pusimos rumbo a Combarro, un precioso pueblo marinero muy conocido por sus calles empedradas y sus numerosos hórreos, un sitio que ya por si mismo tiene un encanto natural y que junto con esta pareja hacían un tándem perfecto para que todo fuera de lujo.
En cuanto llegamos Triana y Guille nos contaron que estaban nerviosos y nos dijeron que "no sabemos posar, no sabemos que hacer al ponernos delante de la cámara, no sabemos para dónde mirar..."
Aunque ellos no lo saben, esos miedos los tienen casi todos los novios, y cualquier pareja que hace por primera vez una sesión de fotos, asique así se lo hicimos saber, sólo tenéis que confiar en nosotros y dejaros guiar y todo fluirá por si mismo, y así de pronto surge la magia, ellos se olvidan de las cámaras, surgen las risas y las miradas cómplices y todo se vuelve mágico a nuestro alrededor, todo fluye sin tener que forzar nada, sin posar, todo se vuelve natural y espontaneo que es lo que realmente buscamos con nuestra fotografía, y así, empezamos la sesión.
Esa tarde nos contamos pequeñas confidencias, secretos de su gran día que sólo tienen la suerte de conocer los amigos o familiares más próximos a ellos, y poco a poco nuestra relación cambia, pasamos de ser casi totales desconocidos, a convertirnos en los confidentes de uno de los mejores días de su vida.
FINAL FELIZ
Al final de la sesión, al preguntarles si fue tan duro hacer la preboda y cómo se habían sentido, nos contaron que se les pasó el tiempo rapidísimo y que además de sentirse cómodos, nos dieron mil gracias por haberles insistido porque ahora veían lo importante que era pasar ese tiempo juntos ya que nuestra relación se daban cuenta que había cambiado, habíamos escaldo a pasos agigantados en nuestra relación de confianza.
Aquí os dejamos una pequeña muestra de lo que os estamos contando! Esperamos que os guste tanto como a nosotros!
Si quieres más información sobre nosotros y nuestras bodas y prebodas puedes escribirnos pinchando Aquí.
Comentários